EL VÍNCULO PROFESOR-ALUMNO
En este libro nos resulta interesante por la temática que aborda que es la vinculación del profesor con el alumno, que en muchas ocasiones se podría pensar que este se limita a ciertas acciones, pero la verdad es que hay muchas formas de vínculos, y esto es importante en la relación que se tenga y la forma en la que se vincula u orienta al alumno.
Los seres humanos por naturaleza necesitamos estar vinculados a algo, tener algún modo de apego que nos haga sentir que somos necesarios para alguien o que esa persona es necesaria para nosotros, por tanto, este apego es el vínculo que se genera con una persona, pero sin duda este puede ser negativo o positivo para aquel que quiere un vínculo, negativo, porque se puede rechazar y positivo, porque se queda.
Por mucho, estos aspectos positivos los vemos en los afectos, en la forma en la que se relaciona un grupo de personas o una persona con la otra. Esto nos viene desde que somos pequeños, desde que somos bebés necesitamos un vínculo, este lo tenemos sin duda con nuestra madre, y sobre todo esto es lo que marcará la forma de pensar o sentir del niño, porque si desde el principio ese vínculo es negativo, él se verá con este tipo de vínculo siempre, porque lo sentirá así.
Por tanto, el vínculo que se genera entre dos personas será fundamental en las proyecciones que ambas tengan y en la perspectiva de la personalidad que se genera. Es decir, los vínculos humanos son importantes en la conformación de una relación entre las personas, es indispensable porque de ello se genera ese vínculo que se va a arraigar para toda la vida.
Ahora bien, existe otro vínculo, que es el pedagógico, el cual los profesores deben de tener y sobre todo cubrir las necesidades que los alumnos experimenten. Este tipo de vínculos va a estar relacionado con el acontecer diario de la relación que se genera entre el profesor y el alumno.
Como nos dice el libro, esta relación es asimétrica, porque tiene una necesidad de ambos, tanto de los profesores como de los alumnos de tener ese vínculo, también hay muchos factores que debemos de tener en cuenta, como el hecho de que ambos tienen formas de pensar diferentes, o vienen de una familia en donde las costumbres pueden ser totalmente diferentes, todo esto tiene mucho que ver con la forma en la que se de una relación, la semejanza y la diferencia que se ve en la vinculación de ambos.
Tanto los profesores como los alumnos conviven en situaciones familiares diferentes, la forma de pensar puede contrastar y puede incluso ser algún impedimento para que se dé, de primera mano un vínculo más estrecho, aunque en determinado caso, esto debe de quedar a un lado, tomando en cuenta la necesidad que se tiene de contar con una relación que se torne más estrecha.
En muchas ocasiones los alumnos se acercan a los profesores porque tienen necesidades de tener algún apego con alguien, y los problemas que puede haber son de muchas índoles, por ejemplo que los alumnos no tienen un lazo afectivo con los padres y necesitan de eso mismo, o que en contra parte, estén tan vinculados que no quieren que los profesores se acerquen porque se sienten sobreprotegidos por los padres, es decir, se cuenta con fenómenos inconscientes que incluso pueden influir en el aprendizaje.
El profesor ante todo, para los alumnos es un modelo a seguir, por lo tanto, la manera en la que nos desarrollemos en nuestro quehacer diario influye en la manera de pensar de los alumnos.
Es necesario que el maestro explore, descubra y construya una nueva manera de pensar en la enseñanza, pues de lo contario, sólo acatará órdenes institucionales para cubrir un cierto plan constructivista sin actuar en congruencia directa con él. También es importante decir que luego el maestro deberá tener la oportunidad de participar en el diseño de sus planes de trabajo y prácticas docentes, que hará que el alumno se sienta más intercomunicado con el maestro.
El docente es un verdadero Maestro, a la vez que enseña, educa y lo hace por el mejor camino, que es el del ejemplo. El docente debe inspirar respeto, por el respeto que él guarde a los demás. Decir una cosa y hacer lo contrario es la mayor falta de respeto.
Así entonces, cuando hablamos de un baluarte narcisista, estamos mirando cómo el profesor es capaz de adentrarse en el propio pensamiento del alumno, es decir, es importante ser congruente con la posición que desea establecer. Esto significa que si queremos formar maestros con esta filosofía educativa, debemos permitir que ellos abandonen sus viejos papeles y prácticas educativas tradicionales de manera paulatina, y crear al mismo tiempo los medios apropiados para el entrenamiento en las nuevas funciones constructivistas y así lograr que ellos asuman por convicción autoconstruida esta nueva forma de enseñar.
Sin embargo, hay mucha diferencia con tener un salón de clases bien estructurado en donde el profesor lleve el rol principal y se le respete esta decisión como tal, a encontrarnos ante sucesos tiránicos, que lo que harán será que el alumno no tome en cuenta la vinculación que puede haber entre uno y otro.
Es cierto que el poder, de cierta manera lo tiene el profesor, sin embargo los estudiantes también pueden tener un tanto de poder, en algunas ocasiones los alumnos pueden sentirse superiores al profesor, por ser más jóvenes, o tener otra posición social, esto sin duda resultará en rebeldía, pero es una etapa que todos pasamos.
No se podría ver igual o con pensamiento igual a aquellos jóvenes que tienen una condición social un tanto más baja, que acuden a escuelas públicas, el pensamiento puede ser diferente, sin embargo esto también resulta en rebeldía por su propia condición. Sin embargo, y como nos lo expresa en el libro, aquellos que acuden a escuelas privadas, suelen ser un tanto más privilegiados en el aspecto de que ellos están pagando por su educación, es decir tienen un cierto poder en este aspecto.
Ahora bien, los estudiantes pueden tener pedirles distintos, los estímulos de cada uno tiene que cubrir necesidades diferentes, ahora vemos por ejemplo que la lectura no está en ellos, es muy difícil que un niño se siente a leer un libro, porque no se tiene ese habito, aún cuando los profesores quieran adentrarse en este mundo con sus alumnos, en las casas no se tiene esa educación, y los jóvenes prefieren ver la televisión que “perder el tiempo” sentados ante una buena lectura.
La lectura por tanto, nos ayuda en muchos aspectos, a tener concentración y atención, a tener buena redacción, buena ortografía, etc., pero esto difícilmente puede pasar, porque los jóvenes experimentan la tan mencionada rebeldía que los hace creer que pueden hacer o no, y por lo tanto, la lectura en muchas ocasiones no entra en su modo de vida.
Pero en este ámbito sin duda la televisión tiene mucho que ver, los jóvenes se pasan la mayor parte de su tiempo libre viendo televisión, adentrándose en el mundo de fantasía que los puede tener conectados a una realidad que no lo es, y se crean prototipos y estándares muy radicales a lo que la verdadera realidad tiene, se puede pensar que incluso perturba en cierto sentido su forma de pensar.
Es decir, los mensajes que se generan pueden distorsionar la forma de pensar de los jóvenes, y esto es lo que hace que no se interesen por su propia realidad, sino que se vinculen a otra. Como se menciona en el libro, la televisión es la primera escuela a la que están expuestos los niños, desde pequeños les ponemos la televisión para que se entretengan y los mensajes que se dan se les queda retenidos en la memoria, en algunas ocasiones los programas pueden ser educacionales y tener mensajes positivos, pero en la mayoría de las veces, estos mensajes son lo contrario, lo que hace que los niños crezcan con un pensamiento erróneo, con mensajes subliminales.
Pero también debemos de comprender que cada persona crea su “personalidad”, desde pequeño se forja esta que será la clave de la forma en la que vea su propia realiza, puesto que se va construyendo desde pequeños pero se refuerza a lo largo de su propia vida.
Por tanto, la forma en la que vea el vínculo con otra persona será a partir de su propia personalidad y de cómo es que esta se va formando en el lapso de su vida, desde la niñez hasta que es adulto
Se debe de ver que los vínculos que se crean entre el profesor y el alumno serán parte importante de la personalidad que los jóvenes tengan a lo largo de su vida, es decir, los jóvenes siempre debe ser visto como un sujeto que posee un nivel específico de desarrollo. Como un aprendiz que posee un cierto cuerpo de conocimientos, es así que el papel del maestro consiste en promover una atmósfera de reciprocidad, de respeto y autoconfianza para el alumno, dando oportunidad para el aprendizaje autoestructurante de los educandos, principalmente mediante la enseñanza indirecta y del planteamiento de problemas y conflictos.
Es por tanto, necesario conocer en qué periodos de desarrollo intelectual se encuentran los alumnos y tomar esta información como básica, aunque no como suficiente para programar las actividades curriculares. No todo puede ser enseñado a los alumnos, puesto que existen ciertas diferencias estructurales que hacen difícil en un momento dado la enseñanza de ciertos contenidos, aunque igualmente hay que tener cuidado en no caer en el pesimismo estructuralista y dejar todo para etapas de desarrollo posterior.
De igual modo, se debe ayudar a los alumnos para que adquieran confianza en sus propias ideas y permitir que las desarrollen y las exploren por sí mismos, debe haber libertad de tomar sus propias decisiones y aceptar sus errores como constructivos.
Los profesores también tienen una personalidad propia como son las siguientes:
- Estilo de personalidad observadora y poco participante (carácter esquizoide)
- Estilo de personalidad demostrativa (carácter histeroide)
- Estilo de personalidad lógica (carácter obsesivo)
- Estilo de personalidad evitativa o huidiza (carácter fóbico)
- Estilo de personalidad impulsiva-actuadora (carácter psicopático)
Todos estos estilos que se enmarcan tienen que ver con la personalidad que el docente crea en el propio vínculo de la relación con los alumnos y cada perfil psicológico del maestro, viene a ser consecuencia de la estructura básica de su personalidad.
Es decir, el perfil de los profesores tienen que ver con dos rubros, su perfil psicológico, que es el que nos habla de cómo es que piensa y actúa con sus alumnos, y el perfil pedagógico, que es el que nos menciona la forma o la capacidad que tienen los profesores de enseñar y de que los alumnos entiendan sus conceptos.
Así entonces los profesores con personalidad observadora y poco participantes, en su perfil psicológico son personas esquizoides es decir, que se mantienen distanciados de todo lazo afectivo con sus alumnos y no se relacionan con ellos por temor a la dependencia, es decir que su afecto no se dirige hacia otra persona. En cuanto al perfil pedagógico, tienen o ponen una distancia entre sus alumnos, se dedican a enseñar, pero solo eso, no crean ninguna relación más allá de la profesional a la que se abocan, es decir, se utiliza mucho el lenguaje verbal. Y general contratranferencia entre los alumnos.
El docente con personalidad demostrativa, en su perfil psicológico, tienen una estructura de personalidad demostrativa, es decir, que necesitan agradar a los otros, usan mucho el lenguaje verbal, para que los otros tengan más atención en ellos, tienen mucha comunicación fluida con las otras personas de su entorno e incluso tienen redes sociales en las cuales ellos son el centro.
En cuanto a su perfil pedagógico, les gusta agradar a las demás y se esfuerzan para eso, los alumnos son su público y ellos el actor principal. Comentan cosas de su vida privada y de su trayectoria profesional, puesto que lo que quieren es mantener el interés del alumno en ellos, y en ocasiones tienen vínculos de rivalidad con sus propios alumnos.
Por lo tanto captan la atención de sus alumnos y hacen que éstos los vean como unos súper profesores, a los cuales se les debe de seguir.
El docente con personalidad lógica, tienen un carácter obsesivo, en su perfil psicológico se expresan a través de sus manifestaciones de conductas, es decir, del pensamiento, tienen interés por la forma del lenguaje en las palabra que utilizan cotidianamente, pero su vida es rutinaria y quiere que todo se siga siempre de la misma manera.
Por lo tanto, son los que tienden a demostrar la toma de decisiones y la acción, incluso padecen del llamado trastorno del TOC, es decir obsesivos compulsivos.
En cuanto a su perfil pedagógico, son muy afables en la forma en la que conducen su clase, tienen jerarquías y repetición para que los alumnos sigan el mismo lineamiento, se sienten más cómodos con su modelo de enseñanza tradicional, que adentrarse en otros, pues no siguen su línea que se han trazado.
Ahora, el docente con personalidad actuadora, en su perfil psicológico, suelen ser de carácter psicopático, es decir, que no piensan las cosas, sino que las actúan en el momento, es decir que tienen problemas en cuanto a la aceptación de las normas y el acatamiento de los límites institucionales. Suelen captar las debilidades de los otros, por lo tanto actúan en función de esa percepción.
En cuanto a su perfil pedagógico como menciono anteriormente, tienen conflictos con las normas de la institución educativa, y tienden a faltar sin aviso o a llegar tarde a la clase, piden muchos permisos, tienen un liderazgo demagógico por la atracción que ejercen sobre los jóvenes.
El docente con personalidad evitativa o huidiza, tienen un perfil psicológico de carácter fóbico, es decir, que tienen un tanto de miedo a adentrarse a otras motivaciones, por ello tienen miedo a tener un compromiso afectivo profundo. Siempre están queriendo que otros actúen por ellos, porque los utilizan como amuletos, incluso pueden llegar a la histeria.
En cuanto a su perfil pedagógico, tienen defensas fóbicas, no tienen un vínculo con sus alumnos, más bien este se limita a lo superficial, tienen un gran temor a no saber y también al temor que los alumnos tengan, son los llamados “profesores taxis”, es decir cambian constantemente de institución, por miedo a hacer algo que no sepan.
Como pudimos ver en este resumen, los vínculos que se generan pueden ser importantes en el complemento de la personalidad, y el perfil tanto del profesor como del alumno, habla de esa personalidad que se va generando a través de su vida.
EJEMPLO DE CASO
En el transcurso de vida como profesora de primaria me he encontrado con múltiples casos de alumnos que generan una personalidad de poder, pero también me he encontrado con aquellos alumnos que aún cuando tengan todas las necesidades económicas cubiertas, el lazo afectivo de sus padres es nulo, puesto que lo llenan de regalos, pero no están con ellos para las necesidades más importantes que los niños necesitan, que es el afecto.
En el libro se nos habla de una demanda de amor, es decir “algunos alumnos manifiestan sistemáticamente conductas “molestas” o agresivas en el aula. Por ejemplo, hablan constantemente en clase, preguntan sin reflexionar previamente acerca del tema, fastidian en forma permanente al grupo o increpan al docente y/o a sus compañeros, “hacen lío”, entran y salen del aula ruidosamente, etc.”.
En mi salón de clases, en la institución de la cual formo parte, me he encontrado con muchos casos de estos, pero en particular uno. Este caso es de un alumno, del cual omitiré su nombre.
Desde el primer día de clases, el alumno se mostró muy agresivo con sus compañeros, les quitaba sus lápices, pero incluso les rayaba los trabajos que estaban haciendo. No prestaba atención y cuando se le pedía que pusiera más atención, gritaba. El niño era muy agresivo, por tanto era solitario, pues sus compañeros incluso le tenían miedo.
En muchas ocasiones cuando estaba explicando la clase, el niño iba con sus compañeros, se paraba de su lugar y los iba solamente a molestar, si me acercaba a él, el niño reaccionaba con un manazo, no hacía caso de ninguna manera.
Me vi en la necesidad que llamar a sus padres para que acudieran a tener una plática conmigo, en la cual descubrí que era un niño solitario, no tenía hermanos, por lo tanto la condición de hijo único lo hacía estar solo siempre en su casa, solo al cuidado de las personas que trabajaban en ella, puesto que sus padres, ambos trabajaban y llegaban ya noche, cuando el niño se encontraba ya dormido. En las mañanas era cuando se veían, no estaban por tanto, al tanto de sus tareas, por la falta de tiempo.
Los fines de semana los padres se encontraban en su casa, cansados de una semana de trabajo, y por tanto, el niño seguía estando solo, cuando salían lo hacían a algún lado que los padres querían es decir, al cine o a comer, pero no lo llevaban al parque o a convivir con demás niños.
Esto es lo que hacía que el niño sintiera esa soledad, y no pudiera relacionarse con los demás.
Cómo se resolvió el conflicto
Al leer este libro, me doy cuenta de que mi perfil como profesor se acerca más al de la personalidad lógica, sin embargo no me considero tan obsesiva, pero sí queriendo tener en orden mi salón, y que el rol que jugamos cada uno, tanto profesores como alumnos sea respetado.
En este aspecto, y guiándome con este rol, y de cierta manera “obsesionándome” en la manera en cómo poder manejar la situación, empecé a ser más rígida con el alumno, más estricta, pues al principio para que no hubiera un distanciamiento entre él y yo, actuaba de una manera más sutil, sin embargo esto no funcionó.
Por lo tanto, me volví más estricta con él, hablándole más fuerte, dominante, que viera quién podía tener el control de la situación, no dejando que se parara. Lo senté frente de mí, y lo observaba, por lo que él empezó a sentirse un tanto intimidado con la forma en la que lo estaba tratando.
Debo confesar que al principio me costó bastante trabajo, porque él también jugaba su rol de niño caprichoso, que todo lo quería y todo lo obtenía, pero sin embargo, con el tiempo, y con la posición que adopté, esta situación se vio más a mi favor.
El niño seguía siendo hostil con los demás, y hasta la fecha que lo veo sigue siendo solitario (puesto que solamente lo tuve un año, en tercero de primaria). Pero en el tiempo en que estuvo conmigo, la situación se tornó mucho más fácil de nivelarse.
A final de cuentas el niño se dio cuenta del rol que se jugaba en mi salón de clases, es decir, él escuchando y yo dando mis instrucciones y observando que estas se llevaran al pie de la letra.
BIBLIOGRAFÍA
Allidière, Noemí. (2008). El vínculo profesor-alumno. Una lectura psicológica. 2ª. Edición. Editorial Biblos herramientas educativas, Buenos Aires, Argentina.